Juan Miguel Piñuel, su mujer , su hijo.

Otra vez lo mismo. Otra vez mas de lo mismo, mas muerte , mas cobardía ,mas palabras de condena , pero sobre todo mas dolor.
Como en cada ocasión en que perdemos de esta manera a uno de los nuestros , no puedo evitar pensar en su familia, una mujer y un hijo. Una familia rota .Por que las verdaderas victimas no son ni el pueblo vasco, ni la sociedad española, ni el lendakari, ni el presidente negociador, ni la pandilla de políticos bastardos mal nacidos que estén dispuestos a sentarse en una mesa a negociar con la sangre de Juan Manuel Piñuel Villalón.
Es cierto que uno no puede evitar sentir un nudo en la garganta y llorar al oír la noticia camino del trabajo, llorar por alguien que nunca conociste pero el que su entrega y sacrificio ha convertido en un ser inolvidable para nosotros.
Hoy es día de rezar, de apoyar a la familia, de gestos de ciudadanos , de banderas de luto en los balcones, de acudir a las concentraciones. Hoy es un día de compartir el dolor con la familia, mañana será el día de pedir a la clase política que deje claro que el único futuro de los asesinos es ser perseguidos hasta el final por la justicia, porque nunca mas nadie negociara con ellos.

¡Viva España!
¡Viva La Guardia Civil!